Los trabajadores de los centros INAH son los más olvidados de la Institución. Habremos sido vencidos, pero la situación de los Centros no cambiará porque cambien las cabezas. Habrá mucha defensa del Patrimonio, mucho uso de los medios de comunicación, pero las condiciones de los centros INAH en los estados no cambiarán mucho. Cada quién rasquese con sus uñas, parece decirnos la situación.
No debemos olvidar que levantamos el corazón para decir que los centros INAH en los estados son los que adolecen de la más mínima infraestructura. Los que carecen de equipo de cómputo digno y actualizado, los que no tienen condiciones para investigar y a pesar de ello, los investigadores hacen cotidianamente lo que pueden para superar sus dificultades. En Jalisco, en Chihuahua, en Oaxaca, en Guanajuato y en muchos lugares más presenciamos la situación. No nos olvidaremos, aunque la asamblea no haya votado por nosotros, porque no se trata de que nosotros lleguemos, se trata de resolver los problemas.
Esta semana, el Comité Ejecutivo electo anduvo de gira por algunos centros del Distrito Federal, en los centros de los que tuvimos noticia, al parecer no tuvieron mucha convocatoria. No avisaron, sólo llegaron. Nosotros respetamos que ellos hayan llegado al Comité aunque no compartimos sus ideas, ni sus alianzas, ni su manera de hacer política. Los negros soltaron rumores en el sentido de que nosotros, los poderosísimos rojos saboteaban la Asamblea de pasado mañana para que ellos se avalen con los charros. Eso no es cierto, no tenemos interés en entorpecer y menos en dividir, ellos ganaron, les deseamos exito.
Lo que nos preocupa es que haya olvido de las demandas laborales. Echenique se ufana en decir que los investigadores ganamos demasiado e incluso que ello nos hace demasiado daño. Hoy controlan las Subcomisiones, las controlaban desde antes de la elección y las persisten controlando. Los parámetros de las evaluaciones han cambiado, vivimos en la época de las publicaciones electrónicas, de la organización de congresos, de las redes de investigadores, de la obtención del Sistema Nacional de Investigadores y de todas esas cosas que la subcomisión no sabe evaluar. Una revista, su organización y formación, no es evaluada por el sistema de las subcomisiones. Más que lograr un nuevo sistema de evaluación, las subcomisiones fueron en estos cuatro años centro de organización nacional electoral de la planilla negra. Tanto la primera, como la segunda Planilla Negra se nutrieron de los representantes a las subcomisiones.
La distribución de las cerca de 20 plazas, la XVIII Evaluación, los trabajos mismos de las subcomisiones tuvieron que ver con la acción electoral de la planilla negra.
A pesar de que en el interior de la subcomisión se pidió una y otra vez la modernización de la evaluación, el considerar los nuevos parámetros que surgen de la investigación nacional, el interés no se concretó en realizar un nuevo sistema de evaluación, sino en ganar adeptos para la sucesión del Comité de Cuauhtémoc Velásco. Es muy claro que a ellos no les interesa más que ganar el poder y ganar los reflectores.
Mientras asisten a los centros, parecen no tener mucho quorum, pero comienzan las acciones espectaculares, intentarán detener el concierto de Elton John en Chichen Itzá. Desde luego es un principio la defensa del patrimonio como gritó Echenique en la Asamblea, pero esa defensa se basará en la confrotación con la gobernadora priísta del estado de Yucatán.
Mientras el seguro de gastos médicos es cuestión de los propios trabajadores. No pagan pero degradan el servicio o pagan más porque la autoridade no es capaz de dar servicio de salud digna, ni en el ISSSTE y ahora tampoco en los seguros que tienen que salir del bolsillo de los investigadores. Muchos investigadores terminaron pasándose al seguro más barato, porque el Comité de Cuauhtemoc se desentendió o porque estan interesados en la comisiones que da el seguro.
¿Cómo fue el informe financiero de Cuauhtémoc? ¿Resistirá una auditoria seria? ¿Se la hará Echenique? O lo que sucederá es como en el caso del los régimenes priístas, dónde el presidente en turno se encarga de taparle al anterior sus acciones. No vemos mucho ánimo en los trabajadores, al parecer la espectativa de la toma de posesión es la propia espectativa de como la dirigencia de la delegación resolverá los problemas.
Nosotros ni boicoteamos, ni impedimos que tomen posesión, los miembros de la corriente roja estan en libertad de ir o no ir a la asamblea, muchos de nuestros compañeros quieren ir, algunos, la verdad, tenemos trabajo que hacer y valoramos no suspenderlo porque en realidad no vale la pena. Ellos tomarán posesión, no nos queda duda.
Nosotros seremos siempre un canal abierto a las demandas de los trabajadores y a las iniciativas de la base, no entorpeceremos por entorpecer, pero nos presentaremos en la lucha cuando valga la pena.
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