Vistantes ahora

Desde el 19 de enero de 2010

sábado, 6 de febrero de 2010

Una nueva actitud y una nueva conducta,

Coincidimos cada vez más investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia que necesitamos una renovación en la orientación, en la actitud y la necesidad de una nueva conducta en la organización.

La respuesta a nuestra red, 202 investigadores han aceptado mantenerse en ella, nos marca la necesidad de nuevas propuestas de organización y sobre todo nuevas actitudes.

Víctor Joel Ramírez Santos lo expresa claramente en su documento de inscripción a la candidatura nominal por la cartera de Orientación ideológica:
Uno de los problemás más graves que presenta hoy en día nuestra Delegación, es la indiferencia y desinterés por participar en las actividades sindicales, lo cual, hoy en día está poniendo en riesgo la estructura de nuestra organización; no es necesario hacer reflexiones profundas, es algo que todos sabemos, participamos de ello con nuestro silencio. Desde mi punto de vista, dicha indiferencia y desinterés, no son la causas del problema, son los efectos de la ausencia de un proyecto y programas de orientación ideológica, sindical y política. Naturalmente, no me refiero a nuestro principios sindicales y tampoco a nuestro compromiso con las labores
sustantivas del INAH, los cuales, todos conocemos y tenemos muy presentes.
Me refiero a la necesidad de renovar, de forma individual, nuestro compromiso sindical, lo cual, puede lograrse, despertando mayor interés en los temás que son afines a nuestra vocación académica y compromiso cultural.
Se puede coincidir con la percepción. Las asambleas generales son largas, no se trata en muchos casos los problemas de los centros de trabajo de provincia y el DF, los cuáles son enviados invariablemente a asuntos generales. Se requieren formas que permitan la participación de quienes no intervienen en las asambleas generales, los que no asisten por estar lejos, porque tienen trabajo y se dedican a él, los que no ven puntos de interés en las mismas.
Se requiere voluntad, pero también se requiere una renovación de nuestra conducta. Nuevas formas como los grupos de 1 x 10, pero también compromiso de que reduciendo las dificultades podremos asistir con otros compañeros a acordar y mandar los acuerdos para que la organización pueda operar, de abajo para arriba.
Joel también nos dice:
Existen varias razones por las cuales muchos compañeros se han alejado de la participación sindical; el enorme compromiso que representa y las dificultades que se derivan al combinar las actividades académicas con las sindicales, principalmente por la falta de tiempo. He conocido, durante los casi ocho años que pertenezco al sindicato, la incorporación de un importante número de compañeros, la mayoría jóvenes, quienes representan a las futuras generaciones de nuestra Delegación; sin embargo, la mayoría de ellos, desencantados por el curso que siguen las asambleas y los plenos; cuyo formato y duración, son por su naturaleza extenúantes, suelen convertirse en discusiones grupales, protagonismos, exceso de retórica y pocas acciones. Las nuevas generaciones, al no encontrar espacios y elementos de identificación, han optado por dejar asistir a las convocatorias sindicales. También conozco a los compañeros que asisten regularmente a las reuniones, quienes no participan por modestia y discreción, pero también por desaliento. Esta es la realidad que estamos viviendo y algunas de las causas de nuestra indiferencia sindical; es necesario evaluar nuestro funcionamiento interno como gremio, reconocer errores y apostar por soluciones.
Se puede coincidir también con la percepción. El gran problema es la sustitución de los trabajadores ¿Para que hacer trabajo de base, si podemos hablar en nombre de los trabajadores? En los últimos años los investigadores nuevos, los investigadores de regiones alejadas al centro del país, pueden sentir distancia porque están solos en los centros, mientras no haya un problema grave ¿para qué ir al DF? Se sabe que muchos delegados piden venir de los centros porque aprovecharán el viaje al pleno de delegados para arreglar asuntos que les son urgentes. ¿Dónde esta la vida sindical? ¿En el centro del país o en cada uno de los centros de trabajo?
La indiferencia de la que habla Joel, y que comparto también tiene un asiento en los propias localidades de los trabajadores. Trabajadores con comunidades fragmentadas que viven disputas, viejos recelos, viejas afrentas. Enfriamiento de las relaciones, desconfianza. En el INAH hemos encontrado una enorme toxicidad laboral, mal ambiente en las relaciones entre investigadores y envidias, también vedetismo. Una comunidad así es vulnerable.
¿Cómo superar estos problemas? Los trabajadores que tienen afinidad, podrían al menos conformar núcleos de base, discutir los problemas y luego coordinarlos con otros trabajadores del centro o del país. El sindicato debe ser el cohesionador, no el lugar dónde algunos se van porque no soportan su centro de trabajo. Cambiar relaciones tóxicas en lo laboral y el desamparo aprendido por buenos ambientes y por un cambio radical de clima. Una preguna esencial es ¿Sientes pesado el ambiente cuando llegas a tu centro? ¿Por qué no empezamos a organizarnos entre quienes convivimos sin problemas y nos coordinamos con los demás por medio de representantes?



Pero veamos que más dice Joel:

Desde esta perspectiva, me parece indispensable establecer una relación personalizada con todos los investigadores a través de varias estrategias,
empleando para ello a los medios electrónicos de comunicación.

Pues bienvenidas la propuesta, estamos en consonancia a pesar de que Joel no pertenece a la corriente roja. Sin llegar al Comité lo estamos haciendo ya, la red de los rojos llega a más de 200 investigadores y pensamos llegar a los cerca de 900. Necesitamos una cruzada nacional de reafiliación y de contacto con todos los afiliados. Personal y virtualmente. Más allá de la elección de Comite Ejecutivo.

En la red, recientemente Eduardo Corona Sánchez de la Dirección de Etnohistoria dirigió un mensaje interesante:




"..es importante hacer un grupo y escuela con una política de investigación
definida y comprometida que supere el ostracismo actual de la Antropología
Mexicana"

Eduardo le da a una de las claves del problema. Somos investigadores del INAH, lo que hacemos es lo que hace al INAH ser lo que es y también nos hace a todos nosotros. En buena medida la defensa laboral es la defensa de lo que hecemos en el plano laboral y también en el plano científico. Coincido con él en que la red es el principio de un nuevo movimiento interno que nos fortalecerá en ambos aspectos, si los investigadores y el sindicato abandonan en genera mezquindades e intereses pequeños, y comenzamos a trabajar juntos por enriquecer y hacer brillar la antropología mexicana, agregaría, también la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario